Esta pequeña aldea normanda es un auténtico remanso de paz pero te irás de Versalles sin conocerla. Una visita al jardín secreto de María Antonieta.

La aldea se situa al norte del Petit Trianon, un palacete construido por Luis XV para su amante Madame de Pompadour y que Luis XVI le regaló posteriormente a su esposa, María Antonieta.

La reina hizo construir el jardín inglés y después la aldea. Inspirada en las pinturas de Hubert Robert y en el Hameau de Chantilly; imaginó un lugar secreto en el que evadirse de la rigidez del protocolo de Palacio

Solo la corte, los reyes y las reinas tenían acceso.  La aldea se dividía tres sectores:

Al sur del puente de piedra hay una serie de casitas dedicadas al recreo. La mayor de ellas, la casa de la Reina, las otras son el molino, el calientaplatos dónde se preparaban los platos para las cenas de la Casa de la Reina. Si bien eran construcciones simples y rústicas el interior es es cuidado y, en ocasiones ricamente amueblados en los que la reina podía recibir a sus invitados al Trianon.

Más allá del puente, las casas están dedicadas a la explotación agrícola: granja, lechería de preparación y la de degustación que estaba amueblada con mesas de mármol y aderezadas con vajillas de porcelana y en la que la Reina probaba los productos lácteos.

La torre que domina el lago se llama la Tour de Marlborough por la canción que estaba de moda en aquella época (la del famoso Mambrú se fue a la guerra). Al fondo la granja con sus animales y sus establos, el redil y el gallinero completan el conjunto. Esta explotación tenía un fin pedagógico en la educación de los infantes.

La aldea de la Reina fue utilizada especialmente como un lugar de paseo y de recepción. Sobrevivió a la Revolución y ha sido restaurada en varias ocasiones a lo largo de los siglos.