Presta mucha atención para no cometer estos 8 errores que lamentarás en los restaurantes de París. La mayoría son trasladables a otros países.

Las tablas («planches») de quesos o embutidos en el aperitivo

El aperitivo es una costumbre muy arraigada entre los parisinos. Puede convertirse en un “apéro-dinatoire” (combinación de palabras aperitivo y cena). Empezamos a pedir tablas de quesos y embutidos para compartir… No es una buena idea si no conocemos bien el restaurante. La mayor parte de las veces nos encontraremos frente a un plato de charcutería industrial y quesos sintéticos con unas rodajas de pan y a precios astronómicos.

hamburguesa pixabay

Las hamburguesas gourmet

Está de moda servir hamburguesas gourmet, reinterpretadas con un toque especial de la casa para darles un aspecto sano y vegetal. Pues bien, la mayor parte de las veces estás reinterpretaciones son solo la justificación para hacerte creer que estás comiendo un lujo y cobrártelo en consecuencia. La calidad de la carne sigue siendo la misma, por no hablar de las patatas congeladas.

El brunch del fin de semana

La costumbre anglosajona de levantarse tarde en domingo y unir en un solo acto el desayuno y la comida causa furor desde hace años. No obstante, en París los brunch son muy caros y la relación calidad-precio deja bastante que desear.

El buffet à volonté

Siempre me ha parecido un horror y un error. La pregunta es ¿merece la pena atiborrarse de productos de calidad “sospechosa” solo porque sean baratos?  Por no hablar de los riesgos de cometer un exceso..

Carpaccios, tartares (y otros alimentos crudos)

Seamos claros, determinados platos solo se pueden comer en restaurantes de confianza y esa es una norma que debemos seguir a rajatabla cuando estamos en el extranjero. No lo lamentes porque bastantes establecimientos en París acostumbran a servir tartares y carpaccios industriales… ¡Qué triste!

El queso

Olvídate de pedir queso de postre cuando estés comiendo un menú. Si quieres comer queso de verdad, deberías hacerlo en las fromageries o en restaurantes que luzcan con orgullo las etiquetas AOC o AOP (denominación de origen controlada y protegida respectivamente).

Los postres industriales

Olvídate también de las ensaladas de frutas salvo que estés dispuesto a correr el riesgo de deleitarte con una ensalada de frutas en conserva… no era esa tu idea ¿verdad? Y qué decir de las cremas catalanas congeladas, las mousses de chocolate en vasitos de plástico… Es una pena que, con la repostería que hay en París se cometan estos crímenes.

Y para terminar la comida no caigas en la tentación del café gourmand (sirve también para el té)

Una moda muy francesa. Es un café servido con un plato de los postres la casa en versión “mini”. Te lo venderán como la guinda de una buena comida pero desconfía…es tremendamente caro y generalmente no tiene ningún interés.